Oración de la bibliotecaria
(Isabel Álvarez)
Libro nuestro
en los estantes quieto.
Sal a la calle, sin miedo,
que para eso estas hecho.
Tú que siempre aconsejas
a todo aquel que se deja.
Danos tu sabiduría,
que sea el pan de cada día.
Pasa de mano en mano,
para que todos te leamos.
Tú, gran amigo discreto
que sabes guardar un secreto.
Perdona a los que no te cuidan,
como nosotros los perdonamos.
Rogamos que te devuelvan,
que no caigan en la tentación,
y líbranos del mal lector.
Amen.
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